miércoles, 23 de marzo de 2011

Homenaje 2: Alberto Zozaya "Don Padilla"

Alberto Zozaya, integrante de una de las delanteras más recordadas de todos los tiempo, "Los Profesores".
DON PADILLA, no por los licores ni por los caballos. El apodo vino porque en ocasión de los festejos del centenario, con la visita de la Infanta Isabel de España, se disputó un campeonato de doma de potros que ganó un famoso jinete llamado Magín Padilla. De chico, Zozaya vivía en el campo y a los 7 u 8 años los hermanos lo montaban en terneros para probar su destreza. Como nunca se caía, festejando su habilidad, lo alentaban gritándole "¡Padilla, viejo nomás!" comparándolo con el renombrado jinete. El mote lo popularizó Borocotó en El Gráfico de aquellos tiempos. Nació en Gualeguaychú, agrandando una familiaque en total sumó 9 hijos. Comenzó a jugar a los 11 años en la 4º división del club juventud Unida, varias veces campeón. A los 14 años ingresó directamente en la Primera de central entrerriano y, al mismo tiempo, estudiaba la meta de recibirse de escribano y más tarde de abogado.
En 1929, durante una gira por Gualeguaychú, Estudiantes enfrentó a central Entrerriano. El partido terminó 5 a 2 para los pinchas, pero Zozaya hizo los dos goles del local y allí cambió su destino. Se incorporó a los albirrojos y nunca más dejó de jugar en Primera. Puso una condición para calzarse la albirroja que era poder terminar sus estudios de abogacía.
En 1931 marcó, en el arco de 1 y 57 que da al colegio Industrial, el primer gol del profesionalismo, a los 5 minutos del primer tiempo del partido de Estudiantes frente a Talleres de Remedios de Escalada. En ese año fue el máximo goleador de la temporada con 33 goles en 33 partidos. Y hasta 1937, no bajó nunca de los 20 goles por campeonato.
También integró la Selección nacional. Tuvo dos graves lesiones: una tras un choque contra Bidoglio, de boca, y la otra, fractura de peroné, luego de un encontronazo con Coletta, de Independiente. Siguió actuando hasta 1939 y decidió dejar el fútbol en un partido frente a River. Sin embargo, el Chueco García lo convenció para que fuera de Racing y allí jugó la enditdad de Avellaneda sin cobrar un centavo. 
Hizo 144 goles en los nueve torneos que jugó para Estudiantes.
Modesto y humilde, al pie de cada foto de la inolvidable delantera de Estudiantes escribía este autógrafo: "A fulano de tal, cuando yo alternaba con los genios".
Cuando se lo recordaba su habilidad para saltar, cabecear y convertir goles, Zozaya contestaba: "Yo no hacía más que correr mirando hacia delante. Lauri triaba el centro, me lo hacía pegar en la cabeza y la pelota se metía en el arco". Entre sus muchas anécdotas, una lo pinta de cuerpo entero: después de un partido ganado por Estudiantes, en el buffet del club un hincha le comentó: "Yo tengo una cábala, que muchas veces me dio resultado: cuando veo que Estudiantes ataca y hay posibilidades de gol, tiro rápido el cigarrillo, lo piso y el tanto se hace. Esta tarde recién lo encendía cuando que usted le hacía el pase a Sande. Tiré el cigarrillo al tablón, lo pisé y paf, gol de nosotros". Entonces, Zozaya, con su acento chacarero y muy tranquilo, le replico: "Y por qué no encendió otro cigarrillo enseguida?".

Volvió a Estudiantes como técnico, dirigió el primer equipo entre 1946 y 1949.
Falleció en La Plata el 17 de febrero de 1981.


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